Ayer, 1º de diciembre de 2007, hicimos un almuerzo en San Nicolás, con motivo de la visita de Cholo. Estuvieron:
Chichi Borelli, su marido José y su hija Adriana (quien prestó su escuela para la reunión); Marisa Lestar (hija de Myriam Borelli) con su marido el Negro y sus tres hijos varones; Juan Cándido y señora; Tita y Celia Lorenzo, y estuvimos los hijos de Celia con algunos de nuestros hijos (Anita Ng de Pérez con Gastón y Paulina y Gustavo Ng con Irina); Horacio Lorenzo con su hija Alicia, quien llegó con su marido David Cinzano y sus hijos Luisina y Giuliano; Betty Lorenzo con su hija Marisa Almada; Marcela carrere, hija de Chela Lorenzo.
El Negro fue protagonista de buena onda.
Tita fue protagonista de alegría.
Cholo fue protagonista de repartir chocolates. Sacó su asombroso libro de nuestro árbol familiar.
Alicia, Marisa, Marcela y Anita fueron protagonistas del buen humor.
El día anterior Cholo y Horacio fueron juntos al cementerio. Pidieron un hueso de su abuelo Antonio Borelli. Se lo lleva Cholo para hacer determinar el ADN.
Qué tal.
Gustavo.
PS: Falta una foto de todos. En cuanto la reciba, la cuelgo aquí.
3 comentarios:
Lindo reporting. Gracias Gustavo. Fué my emocionante charlar con vos personalmente. También lo fué visitar con tantos primos y sus respectivas proles. La fiesta fué linda e intensa.
Yo llegué bien pero un poco cansado. Ayer martes y hoy estoy en consultorio. Toneladas|de trabajo..."catching up".
Un gran abrazo.
Nelson
La reunión estuvo bien, pero con algunas faltas.
Primero, faltaron los primos electónicos. Cada quien ha de haber tenido su buena razón.
Segundo, faltaron muchos parientes que murieron en los últimos años. En estas reuniones se hace muy notorio cuántos murieron en poco tiempo.
Tercero, faltó el pic nic en el cementerio.
Si, faltaron algunos en la fiesta de la familia del sábado 1 de diciembre pero los que estuvieron compensaron por los ausentes. Yo lo pasé muy bien con las charlas, abrazos y besos de tanta gente que la cabeza tenía que trabajar fuerte para ubicar a muchos de ellos, especialmente a los más jóvenes. Linda gente. Mucha afinidad mutua.
De todo, tal vez lo que más me impresionó fueron Gustavo y Horacio.
Les cuento.
Después de muchos años lo vi de vuelta a Gustavo, en carne y gueso. En persona fue casi tan impresionante como en su pluma. Lleno vida, creando vida. Se me viene a la cabeza una comparación o manera de explicar esto de “creando vida”. Si uno se sumerge veinte o más metros de profundidad en las aguas cristalinas del mar Caribe, todo, los peces, plantas y corales, luce gris-azulado, aburrido. Pero si el buceador tiene una cámara fotográfica con un productor de luz y saca una foto, (acá se viene lo que les hablaba de la “pluma” del pibe Gustavo), al revelarla uno se queda maravillado con los colores que tal luz a sacado a re-lucir algo que parecía tan monótono como aburrido. No se si este comentario es suficientemente claro para expresar mi impresión de lo que hace Gustavo con su presencia y aún más con su escritura: el hace re-lucir lo que tenemos adentro, encerrado como con temor. El sabe pintar las cosas como son, a la luz del día. Tal vez al leer esto Gustavo podrá explicar mejor el asunto…, si se pone en vena. Este muchacho es un regalo para la familia!
Hace tiempo tenía ganas de visitar a Horacio, en su casa. Así lo hice y me traje de vuelta el carozo del damasco que comí de su árbol, para plantarlo en mi quinta. Chichi me llevó a su casa el domingo 2. Lindo el rancho con Alicia, la pandilla Cinzano, el caballo blanco, los árboles frutales y la quinta. Horacio, “El Viejito Gaucho”, al decir del talabartero del negocito cerca de la casa de Chichi, (“que me capaba los caballos tan bien y nunca me cobro un centavo”), tan tranquilo y firme como siempre me mostró su lindo lugar y me puso más al tanto de la historia de Avelardo Pérez , el casado con Emilia Lorenzo, hermana de Benigno Lorenzo, el padre de Emilio Lorenzo el casado con Luisa Borelli. El relato tan amable tuvo lugar en el elegante comedor de los Cinzanos, Coca-Cola y torta a la abundancia Argentina. La visita a Horacio puso el sello de oro a la celebración de familia Lorenzo-Borelli.
Me gustaría mucho leer impresiones de otros acerca de tal celebración. Los que tienen acceso al correo electrónico deberían hacer un ratito para escribir ellos mismos e invitar a los que no tienen tal correo.
Cariños a todos,
Cholo
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