jueves, 19 de abril de 2007

Cuentito de Arroyo del Medio

Mi abuela tuvo a mi madre en una casa junto a un arroyo. En esa época la casa estaba lejos del pueblo, en un paraje de lomas suaves, cubiertas de pasto verde que brillaba bajo el sol, montes de eucaliptos gigantes y un cañaveral que bordeaba el arroyo. Todo aquel campo era el mundo en el que jugaban mi madre y sus numerosos hermanos. Los tres caballos de mi abuelo, el herrero, las generaciones de perros entusiasmados, los árboles que rodeaban la casa y los árboles escondidos en la distancia, las gallinas, los chanchos, eran sus juguetes. También lo eran la canoa maciza que mi abuelo y los hermanos mayores remendaban una y otra vez, una bicicleta de repartidor medio destartalada, una carreta que les estaba prohibida so pena de paliza, un cochecito que habría sido un lujo a principio de siglo y era casa de las gallinas y las herramientas que robaban de la herrería. Su infancia fue la época de correr en aquel lugar, de pescar, aprender, dormir, remontar barriletes, montar, inventar, cazar, nadar.

En un lugar había un sauce fantasma. Era un árbol gigantesco, de un tamaño anormal, y era completamente blanco. De día, no podía ser encontrado, pese a que mi madre y sus hermanos conocían cada rincón del campo. No se hallaba el sauce ni el lugar donde estaba, cerca de un cañaveral donde se sentía la frescura del agua del arroyo. Pero de noche se distinguía de lejos. En la oscuridad emanaba el sauce como una luz. Los hermanos observaron que una muchedumbre de insectos andaban por su tronco, sus ramas y sus hojas. Eran insectos extraños, de tamaño igualmente descomunal.

Mi tío Coco, que era el más audaz de los hermanos, se quedó una noche junto al sauce para ver qué pasaba cuando se hacía de día. También fue el único que se animó a trepar al árbol. Por esas cosas sus hermanos lo admiraban y amaban. Era valiente y noble, y el más leal de toda aquella familia. Yo no llegué a conocerlo, porque cuando cumplí un mes de vida se suicidó. Me hubiera gustado mucho poder preguntarle qué pasó cuando se hizo de día y cómo era estar arriba de aquel sauce.


La foto de Arroyo del Medio es de Gaby.

1 comentario:

Unknown dijo...

La abuela Carmen iba a pescar an Arroyo del Medio, en el rincon inferir izquierdo de la foto.
Si Gustavo, lo de Coco fué trájico pero tengo entendido que tenía un tumor cerebral. También fué trágico lo de Benigno que se ahogó en el rio a la temprana eda de 19 años. Pero tal vez la mayor tragedia de esta buena familia fue la muerte accidental de el prime hijo, Luisa, que sibien recuerdo le decian Vicha. Creo que tal accidente dejó cicatrices muy profundas en toda la familia especialmente en el Tío Emilio.
Cholo, Abril 20, 07